Morelos con el PEJE, Resistencia del Chinelo

martes, noviembre 21, 2006

México está maduro para la democracia:Porfirio Díaz

Maduro para la Revolución

Correo del Sur
León García Soler
A manera de prólogo para cantarlo con Pablo Neruda: A Emiliano Zapata.
Con música de Tata Nacho.
Y dice:

La tierra se reparte con un rifle.
No esperes, campesino polvoriento,
después de tu sudor la luz completa
y el cielo parcelado en tus rodillas.
Levántate y galopa con Zapata.
(Borrachita me voy hacia la capital)

El lamentable vocero del sexenio de la alternancia acudió a la reducción a lo absurdo para encontrarle el hilo a la madeja deshilachada del sinsentido de lo que quiso decir su jefe, Vicente Fox, al cancelar los festejos oficiales del 20 de noviembre: Que no era sino un viejo rito reducido a desfile deportivo desde hace muchos años.

¿Pero hubo alguna vez una Revolución Mexicana?

No basta la ignorancia supina del ranchero artificial de San Cristóbal Potemkin para apagar los rescoldos del estallido detonado en 1910 en nombre de la democracia que abriría paso al impulso incontenible de las reivindicaciones sociales y al poder constituyente que las transformaría en norma y programa, fuente y origen del Estado mexicano moderno.

Cosas de la memoria. Tan viva como la entrevista en la que le pregunta el reportero americano al viejo Porfirio Díaz si creía que México estaba maduro para la democracia, en vísperas de los festejos del Centenario.
Entonces, como hoy, la oligarquía acude a la palabra democracia en busca del aval del norte y del ensalmo que preserve el orden establecido y la concentración de la riqueza en manos de una clase dirigente en crisis.

México estaba maduro para la revolución. Francisco I. Madero escribió La Sucesión Presidencial. Y decidió ser candidato, hacerle caso al viejo dictador que nos declaraba aptos para la democracia.

Y... en los estados empieza a hervir la idea de la democracia; el derecho a elegir libremente al sucesor de Don Porfirio.”Madero vagaba por la República, entre la violencia de las autoridades y los brotes de altivez en el ánimo popular. En Chihuahua conoce a Abraham González y “empieza a creer en el triunfo de su causa”.

“Mátenlos en caliente”, dice el telegrama del dictador enterado de la insolencia de los obreros de Río Blanco. En Cananea, los mineros que se declararon en huelga fueron perseguidos, encarcelados, asesinados por pistoleros de Sonora y matones importados.
Esteban Baca Calderón, en Sonora, y Heriberto Jara, en Veracruz, sobrevivirían para llegar a diputados constituyentes en 1917 y enriquecer con los derechos sociales el legado de la Constitución de 1857.

Friederich Katz, historiador de excelencia, nos dijo alguna vez que de las grandes revoluciones del siglo XX, la única que llegó al final de siglo como referente obligado de identidad nacional, firme en el imaginario colectivo, fue la Revolución Mexicana.


....Y, sí, señor vocero, hubo una Revolución Mexicana. Dígale a su jefe que eso quiso decir el pueblo cuando Díaz dijo que estaba maduro para la democracia y Madero le tomó la palabra.